En muchos de los trabajos actuales, sobre todo en aquellos englobados en lo que se llaman servicios profesionales, tales como consultores, auditores y outsourcing es práctica habitual trabajar en las oficinas del cliente.
Por tanto, dado que cada vez más profesionales desarrollan su trabajo en un lugar diferente al suyo, se hace necesario observar detenidamente cual es la mejor forma de llevar a cabo nuestras tareas laborales en esta ‘tierra inhóspita’ que es la empresa cliente. El tiempo que se pasa en esta ‘tierra extraña’ es variable, pudiendo ser desde días hasta años.
Lo más importante será tener claro el tipo de empresa cliente a la que vamos a ir a trabajar. Cada empresa es un mundo, pero puede llegar a establecerse alguna clasificación que nos puede ser muy útil a la hora de desenvolvernos allí y no llevarnos desagradables sorpresas.
1. Empresas grandes y hostiles:
A este grupo pertenece una gran mayoría de las empresas cliente. De hecho, son las más importantes en términos económicos. Son las que mantienen con pulso la salud de nuestras empresas. Es probable que muchos de ustedes hayan estado en una empresa de este tipo. Muchas veces son multinacionales, bancos, importantes grupos industriales recientemente privatizados, etc...
Pero todas ellas tienen una serie de características comunes:
Al ser empresas tan grandes, a veces tienen más de un edificio; o en el caso de tener uno solo, éste puede ser tan grande que la mayor parte de los propios empleados no se conocen entre sí.
Por lo tanto, no tenemos que tener miedo a pensar que todo el mundo nos va mirar como si no fuéramos de allí. Nadie tiene que saber que somos ‘extraños’ por que al haber tanta gente, nadie se percatará.
Por ello, la primera regla que debemos seguir es la de comportarnos como si lleváramos toda la vida en esa empresa. Tenemos que dirigirnos a nuestro puesto con seguridad y aplomo. Aprendernos de memoria el recorrido hacia los baños, la impresora o el fax.... Hay que evitar preguntar a la gente donde esta esto o dónde se deja aquello.
Yo recomiendo hacerse un plano nada más llegar, con los lugares más importantes y hacer una pequeña excursión para inspeccionar la zona.
Lo ideal sería hacer un buen recorrido por todo el edificio. Hasta donde nos dejen. Las zonas nobles suelen ser difíciles de visitar. Pero no se preocupe, poca gente realmente las ha visto, por lo que puede mentir e inventar sobre esta zona, del mismo modo que lo haría cualquier otro empleado...
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